JÓVENES, EMPRENDEDORES Y VALIENTES
La crisis ha dejado sin trabajo a muchos, pero algunos jóvenes se arman de coraje para alcanzar su sueño: crear su propio negocio.
MARÍA RELAÑO ALBEROLA.
Joseba tiene 22 años, empezó a trabajar en el negocio de la hostelería hace 4 años y ya ha montado su propio bar. Giovanna tiene 31 y abrió su carnicería hace casi un año después de haber trabajado en el gremio durante unos años. Son dos ejemplos de jóvenes emprendedores y con iniciativa que se han armado de valor en tiempos de crisis.
La carnicería “Yoana” se encuentra en un barrio logroñés, próximo al río Ebro. Aparentemente es una carnicería como otra cualquiera con un mostrador acristalado repleto de carne y embutido, pan y algunas conservas. Pero lo especial de este negocio no es el producto, sino el modo de trabajo. Giovanna abrió el negocio en números rojos por el alquiler y el pago a proveedores. “Añades a eso que todavía no tienes una clientela captada y se crean todavía más deudas”, explicaba.
Todo fueron dificultades al principio, no podían hacer frente a los gastos y los ingresos no eran los suficientes para sacar adelante su negocio. Estando ya a punto de cerrar la carnicería, Giovanna tuvo una idea. “Una vocecita me dijo: escribe lo que sientes y expónlo”. Y así lo hizo. Cogió papel y boli, escribió a mano lo que pensaba y colgó los carteles por el barrio. “Con que me compraran una vez por semana era suficiente para que mi negocio saliera adelante”, decía emocionada. Y así fue.
Poco a poco los vecinos del barrio se acercaban a su carnicería. Uno de ellos se ofreció a pasar sus carteles a ordenador. Un escritor se hizo eco de la situación de la joven carnicera y le ayudó a difundir su historia a través de internet. Los carteles llegaron hasta la otra punta de la ciudad y Giovanna empezó a ver en su local muchas caras desconocidas. “Todavía no me lo creo”, decía emocionada. Aún no puede decir que tenga beneficios, pero sí puede afrontar los gastos. Y esto le está permitiendo sacar su negocio adelante.
“Los bancos no me lo han puesto nada fácil por ser tan joven”, explicaba Joseba. Con 22 años ha montado su propio bar, un local céntrico en Logroño y muy moderno. Pese a las dificultades su negocio lleva unos meses en funcionamiento y ya tiene una clientela fija. Reconoce que no es el mejor momento para abrir un bar. Su secreto, nos dice, es muy sencillo: “Cuidar la clientela”. Aunque también usa una herramienta muy potente en esta nueva era tecnológica: las redes sociales.
Estos dos riojanos cuentan con facilidades como las que presta a Asociación de Jóvenes Empresarios y Emprendedores de La Rioja (AJER), con más de 300 socios. Cada asociado obtiene información periódica (noticias, oportunidades, convocatorias, etc), puede solicitar mediación empresarial para solucionar disputas mercantiles y civiles, tiene la posibilidad de asistir a comisiones de trabajo, eventos o cursos de formación. También obtienen asesoramiento, muy importante tratándose de gente tan joven, y la posibilidad de participar en proyectos de cooperación y desarrollo.
Además de estas ayudas a nivel autonómico, la Confederación Española de Jóvenes Empresarios (CEAJE) ha creado una plataforma para impulsar el proceso emprendedor llamada AJEImpulsa. Un proyecto en el que los jóvenes pueden compartir experiencias e ideas entre ellos y con asistencia personalizada hasta que la empresa cumple 18 meses. No faltan los módulos formativos específicos en áreas como marketing, recursos humanos, habilidades directivas o de gestión. La financiación que CEAJE ofrece va desde los 25.000 hasta los 75.000 euros.
Giovanna contaba que muchos le decían que montar ahora un negocio es una locura. Pero tanto ella como Joseba decidieron seguir adelante y montar su empresa. Los dos están contentos y agradecen las ayudas que se les presta. ¿La clave para ambos? Cuidar y mimar su clientela por mucha crisis que haya.